miércoles, 4 de febrero de 2015

Un pueblo en Alaska viven todos en un edificio

Todos en Whittier (Alaska) viven en el mismo inmueble. Arriba, las casas; abajo, la comisaría

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Que los vecinos de una ciudad envejezcan encerrados tras las ventanas de grandes bloques de apartamentos es lo común. Más extraño es que lo hagan todos en un solo edificio. Sucede en un pueblo de Alaska cuyos 218 empadronados comparten techo. Vivir en una casa es la extravagancia de los ciudadanos de Whittier, un caso insólito del urbanismo mundial. En este pueblo emparedado entre el mar y la montaña y que se encuentra a una hora en coche de Anchorage, la capital de Alaska, los vecinos lo son hasta el extremo. Podrían pasar un año entero sin pisar la calle, porque todo está al cabo del pasillo.
El bloque de vecinos. Tiene 14 plantas y viven 218 personas.Arriba están los vecinos; abajo el alcalde, la comisaría, el hospital y las aulas del colegio.
La historia. Después de la II Guerra Mundial,EEUU planeó una base cerca de Rusia y nació Whittier. Aunque ahora es un lugar turístico, el edificio es un antiguo barracón militar. Se entra al pueblo por un túnel de un solo carril que cierra a partir de las 22.30.
Empezamos la lista de curiosidades . Si en verano hay 22 horas de luz, en invierno solo granizo, nieve, vendavales y temperaturas de 20 grados bajo cero.
Con este panorama, se entiende que los paisanos de Whittier salgan a la calle lo justo. En realidad, no les hace ninguna falta.  Han instalado todo lo necesario en unos barracones de 14 plantas. Arriba, viven los vecinos y abajo hay una comisaría, una oficina de correos, un videoclub, las oficinas municipales, la casa del alcalde, un pequeño hospital y el colegio.
Una de las profesoras, ha declarado a la web ‘Indie Alaska’ que lleva cuatro años dando clase a los mismos, niños, que son sus vecinos y que acuden a clase «como si fueran con mamá». No tiene problemas de retrasos en el alumnado. «En otros sitios, hay que hacer un viaje a clase. Aquí tardan cinco minutos, aunque depende un poco del ascensor». Por la tarde, es común que los chavales se planten en su puerta para que les ayude con los deberes, o que un vecino del piso 9 y otro del 10 llamen al timbre del sheriff para dirimir sus cuitas.
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Nació en 1956
Ese tener todo a mano es a la vez solución y problema. Con la excusa del mal tiempo, apenas practican deporte al aire libre. De otoño a primavera no se mueven. El Ayuntamiento y la profesora han puesto en marcha un programa para combatir el sedentarismo.
Además del gran bloque de cemento, en el pueblo hay un antiguo gimnasio que sirve de almacén de barcos, un restaurante, un bar y una posada para los visitantes. Poco más. Todo este experimento se planificó después de la II Guerra Mundial, cuando la Marina de Estados Unidos planeó construir la base naval más a poniente de todas. Y tomó forma en 1956. Eligieron una ensenada en el estrecho Prince William Sound y montaron los edificios, que costaron 55 millones de dólares. Al principio, vivieron allí 200 personas, pero poco a poco se fue despoblando de militares y llenándose de civiles que llegaron al calor del masivo turismo de cada verano. Le encontraron el gusto al lugar y Whittier pasó de ser una ciudad de guerra a un pueblo de placer.
Hoy en día, la mayor parte de sus habitantes se gana la vida manteniendo el pueblo en invierno. Casi todos son funcionarios. Se ocupan del muelle, de limpiar la nieve, de trabajar en la línea de ferry y de mantener el túnel que da acceso al municipio a través de las montañas, otra curiosidad del lugar.  Por su único carril deben circular por turnos los que van en un sentido, en otro y los trenes. Solo controlar el tráfico para que no haya accidentes exige el trabajo de varios funcionarios. El paso de vehículos se cierra desde las 22.30 hasta el amanecer. Si por la noche tienen que entrar ambulancias, deben avisar a los operarios y en los cines de Anchorage, los de Whittier siempre preguntan la duración de la película. Si se alarga, ellos deciden: o se pierden el final o duermen en el coche a las puertas del túnel. Les ocurre continuamente.

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